miércoles, 30 de junio de 2010

A SANGRE FRÍA


Al comienzo es bastante densa de leer, la manera de escribir como una crónica, se me hacía difícil de digerir, sin embargo, conforme avanzaba en la trama, le agarraba el ritmo y la disfruté. Hay que decir que la historia de los villanos, atrapa. La de la familia también. Se entiende el que hayan querido reflejar la vida en una ciudad pequeña. Más allá de la fidelidad del relato, crea una atmósfera sólida a mi entender.La historia de los villanos es al comienzo aburrdia, se van insinuando los desórdenes de la personalidad de cada uno de ellos, un supersticioso y un desengañado del mundo.Interesante, me gusta más la parte final **spoiler alert** en las celdas frente a la horca, los personajes que los rodean. Interesante.La historia de la familia es predecible, es una familia buena en general, con un padre no sólo lider de su familia sino de su comunidad.Y aquí resalto un elemento que me gustó de la obra y es la presentación de una comunidad pequeña. Me interesan las comunidades pequeñas porque creo que son las llamadas a construir el desarrollo de los países y la identidad nacional ( apreciación subjetivísima por supuesto, porque no cuento con las capacidades para hacer un análisis sociopolítico de nivel profesional sobre el particular).Me interesan las ciudades pequeñas, entendiendo por supuesto, la necesidad de las metrópolis y de la sociedades eminentementes rurales.El campo necesita a la ciudad y la ciudad necesita al campo. Esta interdependencia tan humana me parece importante.Regresando a la historia, supongo que se podría iniciar el debate sobre la pena de muerte, es interesante que dicha constante suele terminar con posiciones cerradas de uno u otro lado.Yo estoy en principio en contra de la pena de muerte, pero acepto que es aceptable matar siempre y solo en defensa propia. El debate empieza cuando se empieza a intentar que se define como defensa propia. ¿la sociedad puede aplicarla en conjunto?. Pienso que lo que no se debe hacer es considerarla un castigo. El castigo debiera tener implicancias educativas en quien la recibe, y obviamente no es aplicable a un muerto. Si se quiere educar con la muerte (público) se estaría instrumentalizando pedagógicamente el ajusticiamiento, y en ese caso, el solo acto ya sería contraproducente en la pedagogía en cuestión.Es un debate infinito quizás. Pero no por ello debe de reuhuirse, sino por el contrario ventilarlo más.Libro denso pero entretenido.A mi por ejemplo se me paso un poco la identidad del protagonista narrador ¿era un detective?. En general bueno. Interesante relato, se supone que tiene estructura de crónica policial y el autor trabajó mucho para lograr el efecto.

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