domingo, 10 de agosto de 2008

EL GRAN SILENCIO


"En 1984 el director Philip Groening pidió permiso a la Orden de los Cartujos para rodar.
Le dijeron que era demasiado pronto.
Tal vez en diez o quince años...
Dieciséis años más tarde se recibió una llamada.
Había llegado la hora.
Los preparativos llevaron dos años,
el rodaje uno y la post producción dos más.
han transcurrido veintiún año desde la primera idea hasta su completa finalización".

Hoy acaban de proyectar esta bella película en el Festival de Cine de Lima, aunque
la tradujeron como el sonido del silencio.
La película es preciosa, muy clara, enfatiza con fuerza la humanidad en libertad, muestra lo cercanos que pueden estar estos hombres en comunión con Dios.
La película es densa, y es bueno que sea así, el silencio en algunos pasajes del film, es tal, que puede generar cansancio, sueño, esfuerzo, como la vida misma.
El director, nos hace seguir los pasos de dos novicios, nos hace participar de las tareas, del sastre, el jardinero, el peluquero, viendo la película acompañamos a los monjes, en los rezos de la mañana, de la noche, en la Adoración al Santísimo, Su procesión, los vemos, rezar, jugar, es como estar con ellos.
Algo que me cautivo sobremanera, es las tomas de los rostros de cada uno de los monjes, esto me cuestiona pues,con una disciplina tal, parecería que los caracteres se homogeneizarían, pero no, en la sola expresión, mirada, espera, sonrisa, que cada uno proyecta se evidencian las distintas personalidades, el fuerte, el serio, quien se esfuerza frunciendo el ceño, quien juega con los ojos, quien los cierra, y es que la vida cristiana es así de liberadora, creo que no he visto en otra película, hombres más libres, más humanos.La felicidad que se respira de la vida comunitaria es refrescantemente esperanzadora.
Siempre me sobrecogieron los cartujos, esta orden "nunca reformada porque nunca deformada" me cautivaba sobremanera, pero en el fondo pensaba ver casi autómatas,soldados interconectados, pero no, lo que he visto son seres humanos tan cercanos y tan libres, que me sobrecoge aún más.
Otro elemento que resalto es la forma en que rezan, que motivador.
Es cierto que hay tomas con diferentes formas de luz, pero hay que entender que la idea era no usar luz artificial.
Es en resumen como un amigo me decía, estar 3 horas en un retiro, realmente el silencio es muy beneficioso para el encuentro personal con Dios.

El gran silencio, una verdadera joya, que nos muestra un poquito de ese gran tesoro de la Iglesia y de la Humanidad que es la vida monástica.


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